Para A.
Escrito el 13/3/17 de 9:00 a 10:03 am en la Sala de Humanidades de la Biblioteca Central (UCV).

En tu mirada perdida,
en tu sonrisa disimulada,
se encontrará escondida
la ausencia feliz de tiempos mejores
en los que, sin saberlo,
encontrabas lo que nunca habías perdido
en los pequeños gestos, en las palabras sueltas,
en un sinfín de despertares, en silencios compartidos.

En tu mirada perdida
el anhelo por ver lo que ya no está
o lo que aún no ha sido,
la recreación de mundos no vividos
o la invención de otros
que requieren de la duda y la desesperación
para poder ser paridos.

En tu sonrisa disimulada
los fútiles momentos que
tan pronto nacen y a morir empiezan,
resignación e impotencia
ante el paréntesis entre dos puntos,
ante la frágil y falsa libertad que,
pudiendo escoger entre dos males,
se conforma con cualquiera
con tal de no pensar demasiado y, por ello,
llenarse de pesares.

Ausencia feliz en su pesar,
que en vez de actuar, de pensar,
se limita a rememorar o a imaginar;
con la mirada perdida
en un horizonte que nunca alcanzará,
con una sonrisa disimulada
por los momentos que recuperar no podrá.

En tu contemplar paciente,
en tu alegría transparente,
se encontrará evidente
la ausencia feliz de tiempos presentes
en los que, sin querer queriendo,
te entregas completa y absolutamente.

En tu contemplar paciente
simple apreciación por lo que es y sigue siendo,
pérdida total en el disfrute del placer presente y viviente,
olvido de la realidad aplastante y consecuente,
un estar-ahí franco y fehaciente.

En tu alegría transparente
un ir y venir de pequeños momentos que,
como secretos públicos,
pertenecen únicamente
a quienes de ellos están conscientes;
un cantar y un bailar callados
y no-manifestados
ante una melodía
que se construye día a día.

Ausencia feliz en su hacer, en su pensar,
que tan pronto muere y a nacer empieza,
con un contemplar paciente
ante lo que es y sigue siendo,
con una alegría transparente
entre soledades compartidas.

Ausencia feliz de tiempos presentes
parida por la duda y la desesperación
que sólo da como fruto un amor potente y consciente
suficientemente lleno de razón y de pasión.