Para A.
Escrito el 19/3/17 de 8:00 a 9:30 pm, en mi cuarto.

¿Qué puedo dar, te preguntas,
que no afecte tanto a mi bolsillo
pero no deje dudas del cariño
que intento manifestar?

Quizá un delicioso bocadillo,
piensas entusiasmado,
pues al corazón no se llega
sino a través del pasillo
que tan pronto se abre se cierra
como si nada hubiera entrado.

Quizá las palabras sinceras
en voz de grito o susurradas,
desnudas en un breve escrito o improvisadas,
pues la intención es lo que cuenta
repites de cualquier manera,
y la verdad no sólo es bella
sino que también es buena.

Quizá, quizá, quizá.
Le das demasiadas vueltas al asunto
encerrándote en un falso dilema,
pues olvidas el contrapunto
común a todos los temas:
todo fluye, nada permanece;
ni el dolor ni la alegría
que con tanto afán padeces.

¡Qué tonto he sido
exclamas divertido
cuando por fin has entendido!
No se trata de comer
ni de hablar
o de comprar
con dinero que no tienes o que has malgastado;
se trata de estar-ahí
para que tu ausencia feliz de tiempos presentes o mejores
no abandone nunca
a quien tu compañía has brindado.